La historia bíblica de Jacob resumida
Jacob era hijo de Isaac y Rebeca, y tenía un hermano gemelo mayor llamado Esaú. Según la narrativa, cuando Rebeca estaba embarazada, los gemelos luchaban dentro de su vientre, y Dios le reveló que el mayor serviría al menor, lo que era inusual en esa cultura donde el primogénito tenía derechos privilegiados.
Cuando nacieron, Esaú salió primero, pero Jacob lo seguía agarrándolo del talón, lo que dio origen a su nombre "Yaakov", que significa "el que sostiene el talón" o "suplantador". Desde pequeño, Jacob mostró ser astuto. Mientras Esaú era un cazador rudo, Jacob era más tranquilo y vivía entre las tiendas.
Un día, Esaú llegó hambriento del campo y Jacob le ofreció un plato de lentejas a cambio de su primogenitura (el derecho de herencia del primogénito). Esaú, sin darle mucha importancia, aceptó. Más tarde, con la ayuda de Rebeca, Jacob engañó a su padre Isaac, quien ya estaba ciego y viejo, para recibir la bendición destinada a Esaú. Se disfrazó con pieles para parecerse a su hermano peludo y así obtuvo la bendición de Isaac.
Furioso, Esaú juró matar a Jacob, quien huyó a la casa de su tío Labán. Allí, Jacob trabajó duro, se casó con Lea y Raquel (hijas de Labán), y tuvo muchos hijos que luego se convirtieron en las doce tribus de Israel. Con el tiempo, Jacob se reconcilió con Esaú y recibió el nombre "Israel" tras luchar con un ángel o con Dios mismo, lo que simboliza su transformación.
El nombre "Jaime", como derivado de Jacob, lleva esa idea de "suplantador" por estos eventos, pero también refleja perseverancia y cambio.